La taxidermia es la práctica especializada en la disecación de cadáveres de animales con la finalidad de conservarlos manteniendo un aspecto lo más naturalmente posible es decir, como si estuviesen vivos. En otras palabras, se trata de disecar animales y colocarlos de tal forma que reproduzcan exactamente al animal vivo.
Si bien es cierto que la taxidermia es una práctica que ha estado muy ligada a la caza, la ciencia decidió utilizar esta técnica con fines divulgativos, de investigación y de conservación.
Debido a que para poder realizar esta actividad se necesitan ciertas habilidades y técnicas para recrear los animales exactamente como aparecían en vida, varios expertos consideran a la taxidermia un arte; pero como también se necesitan conocimientos científicos como anatomía y fisiología, podría considerarse como un encuentro entre la ciencia y el arte.
Entre las principales tareas que realizan los taxidermistas están:
Toma de medidas: se trata del primer paso
y consiste en tomar las medidas exactas del cuerpo del animal.
Eliminación de la piel del
animal: se debe quitar la piel
haciendo el menor número de cortes posibles para tener así el menor número
posible de costuras.
Curtido de la piel: después de quitar la piel,
esta se curte (principalmente con agua y sal) para preservarla y eliminar la
humedad; evitando así la descomposición.
Forma: el taxidermista realiza un
marco con la forma del animal, el cual debe ser lo más detallado posible; se
hace con alambre, papel maché o espuma y algunas partes con arcilla.
Montaje de la piel: tras completar la forma
se cubre con pegamento y se vuelve a unir la piel cosiéndola.
Agregación de detalles: después de colocar la
piel, se añaden detalles como los ojos.
Montaje del animal: este dependerá del cliente. Por ejemplo, se pueden utilizar placas de madera o reconstruir entornos realistas.
Samantha Aguilar
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