Un día de julio de 1518, en la ciudad de Estrasburgo, Francia, mientras los habitantes de la ciudad se dedicaban a sus quehaceres, una mujer salió a la calle y comenzó a bailar; varios días después seguía bailando.
Fue así como comenzó la llamada plaga de la danza. En una semana, unas 100 personas habían sido consumidas por el mismo impulso irresistible de bailar y para finales de agosto, alrededor de 400 personas habían experimentado esta misma locura.
Las autoridades estaban convencidas de que los afligidos se recuperarían si seguían bailando por lo que construyeron un escenario y contrataron músicos para mantenerlos en movimiento, sin embargo en cuestión de días, varios comenzaron a morir de ataques cardíacos, derrames y por agotamiento físico. Durante una etapa la epidemia de baile llegó a matar 15 personas al día.
Y aunque actualmente se desconoce el motivo que originó esta plaga, existen algunas teorías al respecto: la primera afirma que fue causada por un caso masivo de psicosis inducida por el estrés, la otra teoría es que fue provocada por una intoxicación alimentaria de una seta que tiene propiedades relacionadas con el LSD.
El historiador John Waller, quien estudió este brote de histeria colectiva concluyó que los bailarines entraron en un estado de trance por una angustia psicológica extrema causada por el hambre, la enfermedad y las supersticiones, miedos y creencias que rodeaban a los más pobres de la sociedad de aquel entonces.
Hay que recordar que esta enfermedad también es conocida como coreomanía (Leer más).
Samantha Aguilar
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