El domingo 24 de abril de 1989 Claudia Mijangos, una mujer con problemas mentales, asesinó a puñaladas a sus 3 hijos: dos niñas de 11 y 9 años, y un niño de 6. El país entero quedó conmocionado al conocer el caso de Mijangos, a la que nombraron “La Hiena de Querétaro”.
El atroz asesinato ocurrió durante la madrugada dentro de una casa en una colonia de clase media en la ciudad de Querétaro, hoy conocida como “La casa de la Hiena” (https://ahorasesam.blogspot.com/2021/06/casas-embrujada-la-casa-de-la-hiena.html). Los peritos indicaron que fueron al menos 3 horas las que duró el ataque contra los menores.
Horas antes del asesinato, Claudia Mijangos había llamado a su amiga Verónica Vázquez para decirle que escuchaba y veía cosas; Verónica trató de tranquilizarla prometiéndole ir a verla a la mañana siguiente. Cuando llegó, aproximadamente a las 8 de la mañana, se encontró con una escena de película de terror…
Las paredes ensangrentadas le advirtieron que algo andaba mal, muy mal, caminó por la casa y se encontró con el cuerpo del hijo menor, Alfredito, a la mitad de las escaleras con un charco de sangre alrededor. Verónica inmediatamente llamó a la policía.
Los peritos encontraron dos cuerpos más en la vivienda. A María Belén de 9 años, la encontraron en su habitación apuñalada en numerosas ocasiones, al lado, su madre estaba dormida con sangre en la ropa y con un cuchillo junto a ella; la enviaron al hospital en estado de shock. Horas después, cuando despertó y comenzaron a preguntarle por lo sucedido ella solo decía que tenía que ir por sus hijos a la escuela.
Mientras tanto, las autoridades retuvieron a Alfredo Castaños (papá de los pequeños) creyéndolo responsable. Alfredo declaró que él los había llevado un día antes en la noche a la casa de su madre y que como ya era costumbre, discutió con ella. Esa fue la última vez que vio con vida a sus hijos.
¿Cómo pasa una ex reina de belleza a asesinar a sus hijos?
Se dice que Claudia se enamoró del padre Ramón, quien daba clases en la escuela católica en donde estudiaban los pequeños, y comenzó una aventura con él. Tiempo después, el padre Ramón decidió terminar con la relación, hecho que Claudia no tomó nada bien; empezó a decir que escuchaba las voces de ángeles que le decían que tenían que estar juntos.
Según dicen los peritos, este evento fue tan fuerte para ella que detonó los problemas de salud mental que venía arrastrando. En la madrugada del 24 de abril, las voces al interior de su cabeza no paraban de decirle que sus niños eran demonios que impedían que estuviera con el padre Ramón, por lo que si quería estar con él tenía que matarlos.
Mijangos fue interrogada pero no recordaba nada de lo ocurrido, parecía desconocer el destino final de sus hijos. Según el interrogatorio, deliraba diciendo que sus hijos dormían y ella debía preparar el desayuno, luego cambiaba la angustia por tener que ir por ellos al colegio.
Tras las investigaciones se apreciaron los problemas psicológicos que presentaba Claudia por lo que se determinó que en el momento de la tragedia, se encontraba en medio de un episodio psicótico. Mijangos enfrentó su proceso en el penal de Querétaro, el juez le impuso la sentencia más alta que se puede dictar en este tipo de casos, 30 años y finalmente el 19 de septiembre del 1991 fue recluida en el anexo psiquiátrico del Centro Femenil de Readaptación Social de Tepepan, al sur de la Ciudad de México.
Samantha Aguilar
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