Conocidas como Dakhmeh por el Zoroastrismo (una de las religiones monoteístas más antiguas del mundo) son “torres” de más de 3,000 años de antigüedad que utilizaban para despedirse de sus muertos ya que los zoroástricos no acostumbraban enterrarlos sino que los exponían para ser alimento para los buitres y otras aves carroñeras.
Las dakhmas son estructuras altas, de forma cilíndrica, ubicadas lejos de los asentamientos humanos; estás estructuras podrían ser construidas o ser colinas o montañas naturales. La superficie está dividida en 3 anillos concéntricos formados por nichos de piedra donde se depositaban los cadáveres: en el exterior los de los hombres, en el central los de las mujeres y en el interior los niños.
A este recinto ritual solamente pueden acceder los nusessalars, unos portadores de féretros especiales, quienes depositan al difunto en el anillo correspondiente; allí, el cuerpo queda a merced de los elementos y de los animales. Después de que los pájaros carroñeros picotean la carne y los huesos quedan limpios, los restos se acumulan en el agujero debajo de la cripta y se les agrega cal, a partir de la cual se destruyen gradualmente en un proceso que dura aproximadamente un año.
Cabe mencionar que los zoroastrianos creen que no se deben perturbar los 4 elementos de la naturaleza: tierra, aire, agua y fuego; por lo que no se entierra a los muertos para no perturbar la tierra, tampoco se pueden incinerar porque el humo contaminaría el aire y ni arrojarlos a un río o un océano porque se perturbaría el agua.
Samantha Aguilar
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