Investigaciones recientes confirman que los colores afectan la forma en que degustamos los alimentos, de hecho las percepciones de sabor son impulsadas únicamente por el atractivo visual; esto se debe a que los seres humanos tenemos ciertas expectativas de cómo deben lucir los alimentos.
El color constituye la parte central de nuestra experiencia visual de los alimentos ya que nos proporciona pistas sobre si es comestible o no e incluso sobre la identidad e intensidad del sabor. De hecho, en el proceso de decisión de selección de algún producto, el primer factor que el consumidor considera es su aspecto. Es necesario tener en cuenta que los seres humanos comenzamos a asociar ciertos colores con diversos tipos de alimentos desde el nacimiento, por lo que asociaremos estos colores para ciertos gustos y sabores durante toda la vida.
En un estudio publicado en el Journal of Food Science, los investigadores descubrieron que las personas confunden sabores cuando una bebida no tiene el color apropiado, por ejemplo: si una bebida con sabor a cereza es manipulada para ser de color naranja, ésta sabrá a bebida de naranja, y si la bebida de cereza es manipulada para ser de color verde, sabrá a limón.
Es importante recordar que en los alimentos, el color es la primera sensación que se percibe, por lo que determinará el primer juicio sobre su calidad y tenderá a modificar subjetivamente otras sensaciones como el gusto y el olor ya que existe sinestesia (sensación secundaria o asociada que se produce en una parte del cuerpo a consecuencia de un estímulo aplicado en otra) entre el gusto y la vista.
Samantha Aguilar
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