Los graniceros son hechiceros que cuentan con dones para comunicarse con las deidades naturales y así alterar las condiciones climáticas. Aunque el origen oficial de la ciencia de pronosticar el clima data del siglo XIX, desde el siglo XVI existían indígenas que se dedicaban al augurio y control del clima. Estos hombres eras llamados graniceros, ritualistas del rayo, sacerdotes, hechiceros o ritualistas atmosféricos.
El control mágico de los fenómenos atmosféricos ha sido una preocupación constante de las poblaciones indígenas del Valle de México ya que de ellos depende su agricultura pero también porque están relacionados con varias nociones culturales.
Se dice que un granicero es una persona que tocada por un rayo, centella o alguna enfermedad, adquiere el don de comunicarse con antiguas deidades de la cosmogonía indígena para pedirles su intervención. Los especialistas atmosféricos constituyen un tipo de personajes cuyo campo de acción se centra en los fenómenos meteorológicos, principalmente en la prevención o el control eficaz de la caída de rayos o precipitaciones de granizo, el azote de fuertes vientos y torbellinos, las crisis derivadas de la carencia o el volumen excesivo de lluvia.
De acuerdo con las diferentes regiones en las que han sido documentados, existe una gran cantidad de denominaciones para referirnos a estos especialistas, la mayoría de ellas en lengua náhuatl o derivadas del náhuatl y castellanizadas.
Como varias de las prácticas precolombinas que se resisten a desaparecer, en la región de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl aún es posible encontrar graniceros, aquellas personas con el don de comunicarse con seres superiores para pedirles lluvias, buenas cosechas y en general, mejores condiciones de vida.
Samantha Aguilar
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