Se podría decir que el consumir drogas con fines puramente lúdicos, es algo natural y casi tan antiguo como el ser humano. De hecho, los primeros casos conocidos datan del año 3.000 a.C. cuando el ser humano comenzó a descubrir las propiedades de algunos opiáceos como: el cáñamo en Asia, el peyote en las civilizaciones mayas e incluso las hojas de coca, consumidas por los antiguos americanos. Sin embargo, los seres humanos no son los únicos seres vivos que han sabido apreciar las aplicaciones alternativas de estas sustancias.
En Siberia
(región geográfica que ocupa la parte oriental de Rusia) los renos comparten
hábitat con el Amanita muscaria (la
seta alucinógena más utilizada a lo largo de la historia) la cual también es conocida como el "hongo de Navidad" por su
sombrero rojo y sus manchas blancas.
En varias ocasiones se han observado a los renos consumiéndolos ya que estos animales se ven atraídos por dicha seta y, tras comerla, también experimentan ciertos estados alterados; aunque cabe mencionar que los biólogos que han documentado a los renos comiendo este hongo venenoso, aseguran que las toxinas son neutralizadas por sus complejos estómagos por lo que NO podríamos asegurar que estos animales los consumen con la finalidad de drogarse.
Sin embargo, durante años los pobladores del norte de Eurasia y América han utilizado la orina de reno por sus efectos alucinógenos ya que se sabe que si la Amanita muscaria es comida y luego se recoge la orina de la persona o animal que la ha consumido, el líquido obtenido conserva la capacidad psicoactiva de la seta, sin la toxicidad asociada a dicho hongo.
Samantha Aguilar
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