Caracterizado por exhibir obras que han sido censuradas, agredidas, denunciadas o retiradas de exposición, el MUSEU DE L’ART PROHIBIT abrió sus puertas al público el pasado jueves 26 de octubre en Barcelona y cuenta con 42 obras de todo el mundo.
Creado a partir de más de 200 obras que han sido prohibidas por motivos religiosos, políticos o sociales; adquiridas por el coleccionista español Tatxo Benet desde 2018. El proyecto está impulsado por su firme creencia de que juntas todas estas obras controversiales hacen que los visitantes "amplíen sus niveles de tolerancia y rebajen el nivel de escándalo de la obra".
Definido como un recorrido “irónico, reflexivo, mordaz, liberador, crítico, y empoderador” la colección pretende dar voz a creaciones de autores que un día fueron censuradas y silenciadas por una sociedad que intentó frenar su principio de libertad artística.
En unos 2.000 metros cuadrados se pueden ver obras que van desde el siglo XVIII hasta la actualidad, entre los que se encuentra un payaso de Ronald McDonald crucificado, alfombras musulmanas de oración adornadas con tacones de aguja, bocetos de ex presos de Guantánamo y una mujer lamiendo sugestivamente un plátano.
Desde obras consideradas blasfemia religiosa hasta pinturas o bocetos que tocan tabúes sexuales, además de críticas políticas y sociales, sin lugar a dudas en este museo no hay lugar para sentirse escandalizado.
“El Museo ha conseguido el objetivo de que la gente pueda entender que las obras no son solo importantes por sí mismas, sino por toda la historia que llevan detrás”. (Tatxo Benet)
Samantha Aguilar