Se trata de un pequeño pueblo de Rusia ubicado
al este de Siberia, que es reconocido por tener el récord de la temperatura más
baja jamás registrada en una zona habitada. Fue el 26 de enero de 1926, cuando
el termómetro marcó -71,2º C.
Aunque este clima histórico ocurrió hace más
de 90 años, en esta región la temperatura media en enero es de casi -50º, el suelo
permanece congelado durante todo el inverno, el cual se extiende durante 5
meses con apenas 5 o 6 horas de luz al día, y se suspende las clases cuando el
termómetro baja de los -52ºC. En Octubre
los termómetros empiezan a marcar entre -15º y -20º y es en Mayo cuando va
llegando el calor ya para Julio, el mes más cálido, la temperatura pueden
llegar a estar a 34º C.
Sus escasos 462 habitantes aprendieron
a vivir con temperaturas heladas, la mayoría del tiempo la pasan dentro de sus
casas y es el vodka (mejor conocido como té ruso) una de las formas que tienen
para entrar en calor.
Debido al frío, no existen cañerías por lo que
sus baños son pequeños cuartos de madera ubicados al exterior de cada
hogar en los que se encuentran huecos de 2,5 metros de profundidad; no quedan
olores ni hay espacio para las bacterias ya que el frío extremo ataca antes de que los desechos tengan tiempo de
descomponerse.
Foto Amos Chapple
Foto Amos Chapple
Foto Amos Chapple
Foto Amos Chapple
Samantha Aguilar