No
importa su tamaño ni si es pobre o rica, lo que importa es que la ofrenda de
muertos se prepara especialmente para agradar y consentir a nuestros difuntos
que nos visitan cada año.
La Ofrenda
del Día de Muertos nos permite compartir con nuestros difuntos la comida, el
agua y, por qué no, el vino. El ofrendar nos permite estar cerca de nuestros
muertos y recordar su vida; es por esto que la ofrenda es un ritual que
refresca la memoria.
La
ofrenda es una mezcla cultural ya que los europeos añadieron flores, ceras,
velas y veladoras, mientras que los indígenas agregaron el sahumerio con su
copal, la comida y la flor de cempasúchil.
Cabe
mencionar que la ofrenda debe de contar con varios elementos esenciales, los
cuales en caso de faltar, ocasionan que se pierda el encanto espiritual de esta
tradición:
El altar.- Se coloca en la parte más
importante de la casa y en él se coloca la ofrenda para los muertos. Se divide
en dos niveles: una mesa y el suelo que representan el cielo y la tierra. En la
mesa se colocan las imágenes, el agua, la comida y las veladoras; en el suelo
el incienso, las semillas y las frutas. Suele adornarse con papel picado, distintos tipos de telas
y figuras de barro.
El agua.- Simboliza la fuente de la vida y la pureza del alma. Es
ofrecida a las ánimas para que calmen su sed después del largo camino recorrido
y fortalezcan su viaje de regreso al más allá.
Las
calaveras de azúcar.- La pequeña simboliza a la Santísima Trinidad, la mediana a la muerte y
la grande al Padre Eterno. Suelen llevar en la frente el nombre de los
difuntos.
La
comida.- Tiene como finalidad deleitar a nuestros muertos que nos
visitan. Por lo general, suele ponerse aquella que era la favorita del difunto.
Copal e
incienso.- Representan
la oración, la alabanza y la unión con Dios. Es una fragancia de reverencia que
se utiliza para limpiar el lugar de los malos espíritus y así el alma pueda
entrar a casa sin ningún peligro.
Cruz grande de
ceniza.- Expía las culpas
de las ánimas cuando éstas llegan al altar.
Cruz de
tierra.- Sirve para recordar la fe… "Recuerda que polvo eres
y en polvo te convertirás".
Las
flores.- Simbolizan
esta celebración debido a sus colores y aromas, por lo que sirven para adornar
la ofrenda. El alhelí y la nube significan pureza y ternura por lo que suelen
acompañar a las ánimas de los niños. En muchos lugares se acostumbra hacer caminos
de cempasúchil que sirven para guiar al difunto, además que simbolizan la
riqueza.
Imagen de
las Ánimas del Purgatorio.- Sirve para
pedir la salida del alma del difunto del purgatorio.
El
izcuintle.- Es el
elemento fundamental en la ofrenda para los niños…El perrito izcuintle en juguete, se coloca para
que las ánimas de los pequeños se sientan contentas al llegar.
El pan.- Es uno de los elementos más importantes ya que simboliza
la fraternidad.
El
petate.- Se coloca para que las almas de nuestros difuntos puedan
descansar en ellos, pero también funcionan como mantel para colocar los
alimentos.
El
retrato.- No puede faltar una fotografía
del difunto.
La sal.- Es el
elemento de purificación y sirve para que el cuerpo no se corrompa en el viaje.
Velas, veladoras
y cirios.- Su flama
representa la luz, la fe y la esperanza. Sirve de guía para que las ánimas
puedan llegar a su destino. En varias comunidades indígenas cada vela
representa un difunto, por lo que el número de ellas en el altar dependerá de
las almas que se pretendan recibir. Se dice que el número de cirios debe der
ser número par y que de preferencia deben de ser moradas ya que este color
representa el duelo.
La
ofrenda, no sólo les permite a nuestros muertos beber, comer y descansar, sino
que también convivir y compartir con sus seres queridos.
Samantha Aguilar